Cigarreras es un extenso complejo constructivo tan cargado de significaciones como de expectativas. Entre las significaciones, su consideración como bien inmueble de relevancia local, pero con grado de protección integral, establece un contexto de restauración insoslayable. Será necesario pues, fijar y discutir un criterio de intervención a partir del cual proceder. Estamos trabajando con material sensible, cuya historia, aunque salpicada por ciertos maltratos recientes, ya ha comenzado a verse reparada por unas demoliciones casi concluidas. Las circunstancias del presente demandan intensificar este esfuerzo, expandiendo nuestras miradas hacia una recuperación cuidadosa y decidida de la memoria de un lugar que, durante doscientos años, ha marcado el ritmo y las transformaciones urbanas de la ciudad que la acoge.
Este es un concurso de arquitectura en el que se piden soluciones arquitectónicas para la rehabilitación integral del conjunto de Cigarreras, pero es claro que la arquitectura hoy también desea alejarse de la formalidad para atender las urgencias ecológicas, sociales o políticas que mitiguen el clamor del planeta. Así la propuesta tiene que atender simultáneamente, y por encima de cualquier otra consideración, tanto las necesidades de un contexto histórico y urbano, como las de la propia disciplina por encontrar vías alternativas a la pesada prolongación de unos discursos que, amparados en la atalaya del expertizaje, no han sabido articularse en el amplio terreno de lo social. Apostar por una economía feminista como centralidad de la acción propositiva, sitúa a la vida misma en el eje de la intervención y de paso abre una ventana de aire fresco para la experiencia cultural.
Ensayo general
Si hubiéramos sido capaces de exponer con claridad el futuro del conjunto de Cigarreras, debiera ser fácil entender que concibamos la primera fase como un ensayo general de lo propuesto para la totalidad. La fase uno debe ser una prueba a menor escala del conjunto del modelo, cuya revisión analítica será crítica para impulsarlo hacia el resto de las fases previstas. Estamos seguros de que la propuesta se mueve en la abundancia pero eso no garantiza el acierto en la configuración de un centro capaz de consolidar economías fundadas en unos principios novedosos, por eso es tan fundamental empezar a ensayarlos (fase 1) como revisar ese inicio. Sin embargo, se defiende que lo que se articule como Fase 1 no debe ser sino la consecuencia de otros ensayos previos que se han desarrollado de manera fructífera en Cigarreras o sus barrios anexos. Así, entendemos que esta necesidad por comenzar a articular ensayos que repiensen nuestras relaciones productivas, se debe acompañar de un ejercicio previo en el que se de lugar e infraestructura a aquellos proyectos que durante un largo recorrido atesoran una capacidad incuestionable de impulsar de manera inmediata la propuesta. Así, las actividades que aparecen recogidas en el primer ejercicio de simulación de Usos para ser aplicadas en la Fase 1 tienen una relación intensa con el complejo de Cigarreras o sus varios anexos. Así ocurre con los huertos urbanos, las tiendas de ropa de segunda mano, las mercerías o las residencias artísticas que, dotándolas de una infraestructura destacada y unos espacios amables, pueden comenzar a articular una propuesta que sea sostenible en el tiempo y respetuosa y atenta con la vida.
Activar la infraestructura
Que esta propuesta otorgue casi toda la relevancia al modelo de gestión no la exime de atender la necesidad de concretar la acción arquitectónica en su vertiente física. En este sentido pensamos que también es relevante dotar al centro de una condiciones infraestructurales situadas en la excelencia. Cigarreras es una edificación consistente pero solo es eso, porque carece del equipamiento y los servicios de todo tipo que unas prácticas económicas exigen para desarrollarlas en esa condición de excelencia. Salvando las distancias, el trabajo desarrollado por Lacaton y Vassal para convertir el ala oeste del Palais de Tokyo (monumento construido en 1937 para la Exposición Inter- nacional de París) en el “Site de création contemporaine” que hoy es, nos parece ejemplar. Las condiciones de libertad, flexibilidad y mutabilidad que la intervención otorga a artistas y visitantes son las mismas que nosotros desearíamos ofrecer en Cigarreras. Allí están concentrados en la producción artística, aquí estamos concentrados en la diversidad productiva pero, siendo distintas las funciones específicas, las condiciones contextuales pensamos que deben ser similares.
Hacer ciudad interior
Suele la arquitectura desplegarse a partir de una rígida frontera que separa el exterior del interior, lo público de lo privado, y no son muchas las que exploran la posibilidad de que el afuera atraviese y se intersecte con el adentro. Un caso paradigmático y referencial para nuestros propósitos compartidos es el Kunsthal, proyectado por Koolhaas y su OMA en Roterdam, donde la arquitectura se desarrolla en torno a la intersección urbana que ella misma convoca.
También es nuestro propósito que Cigarras sea un espacio de fluencia e intersección, la manera buscada de pasar de aquí a allí. Cigarreras ya existe, pero su condición de aislamiento y segregación urbana y social debe sustituirse por prácticamente sus opuestos. Unas Cigarreras interpretables a un tiempo como gran centro arquitectónico y como pequeña ciudad en sí misma.
