REFLEJO Viviendas y centro de mayores

Reflejo de la arquitectura tradicional de Nerpio y reflejo de la naturaleza que le rodea.
El edificio se compone de tres cuerpos principales unificados: adheridos al muro de contención de piedra existente y orientados hacia el río Taibilla se despliegan tres volúmenes principales e idénticos que se separan entre ellos generando unos espacios intersticiales. En estos espacios intersticiales la naturaleza del entorno natural busca meterse dentro del edificio. Estos tres volúmenes se unifican con un cuarto volumen transversal retranqueado que los cruza, unificando el programa funcional.
Nueva imagen con rastros físicos de la arquitectura tradicional y reflejo de la naturaleza que le rodea. Estos tres volúmenes surgen de la sección en tres partes iguales de una construcción típica de Nerpio de doble altura que posee las invariantes tipológicas de su arquitectura tradicional: fachadas blancas, cubiertas de teja árabe a dos aguas y empleo de la madera y muros de mampostería. Estos tres volúmenes se separan para generar espacios intermedios en los que la naturaleza se inserta, y una caja espejo retranqueada los cruza y los unifica. La naturaleza pasa a formar parte de la arquitectura en estos intersticios: son espacios exteriores en sí mismos y la naturaleza pasa a formar parte de la arquitectura gracias al reflejo de la misma en la fachada.
La cubierta de este volumen transversal, a la altura de la acera de calle de La Terrera, se convierte en nuevas plazas urbanas, terrazas urbanas de uso público desde la que admirar el entorno del barranco.
Sobre la fachada se abre una secuencia rítmica de huecos, huella física de la historia del edificio, que a la vez dialogan con el entorno reflejándolo; las terrazas se convierten en nuevos parques urbanos; ambos, buscando la integración armoniosa con el entorno.
La fachada es a la vez envolvente y alcoba, los nuevos huecos tiene doble funcionalidad: la climática y servir de banco-almacenaje en la primera planta.